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Midnight Soret - Expediciones

Parque Nacional Lanín

Fotos del viaje Fotos del viaje

Preparativos

Teníamos una semana de vacaciones y queríamos conocer algún lugar en el sur, a una distancia donde se pudiera llegar con auto en un tiempo razonable y tratando de estar poco tiempo en la ruta para poder aprovechar más días en nuestro destino. Apuntamos hacia el oeste de la provincia de Neuquén, sin saber exactamente dónde nos íbamos a detener.

Antes de comenzar el viaje un mecánico revisó el auto para asegurarnos que estuviera en buenas condiciones. Era mediados de otoño y nos esperaba un clima frío en el sur, así que armamos las mochilas llevando bastante abrigo: campera de invierno, polar, gorro de lana, etc. Conseguimos una garrafa de gas de 2 kilos para preparar comida caliente en el camping y una caña de pescar a ver si descubríamos un nuevo hobby.
Las dos cosas se combinaron: Queríamos pescar una trucha, darle muerte y cocinarla.

Averiguamos que para practicar pesca en los parques nacionales de Argentina es necesario adquirir un permiso emitido por la Administración de Parques Nacionales, el permiso es personal y habilita a realizar la pesca deportiva según se encuentra estipulado en el reglamento que se entrega junto al permiso. Este permiso puede adquirirse en la Ciudad de Buenos Aires en la calle Alsina 1418, 4º Piso, Tesorería, y tenía un valor de $25 por semana. Un dato importante, es que los guardaparques pueden secuestrar el equipo de pesca e imponer multas y hasta realizar denuncias judiciales a aquellas personas que no tengan el permiso, o estén realizando actividades que no respeten el reglamento.


Día 1 y 2. Viernes 9 y Sábado 10 de Abril de 2010

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Partimos de la Ciudad de Buenos Aires cerca de las 16:00, momentos antes de la hora pico, y comenzamos a alejarnos del vaho de la ciudad. Unas horas después decidimos que iríamos a Junín de los Andes, más tarde surgió la idea de conducir durante toda la noche, sin parar para dormir, hasta llegar a nuestro destino. Nos fuimos turnando al volante, 6 horas cada uno mientras el otro dormía, parando cada tanto en las estaciones de servicio a cargar combustible, café, caramelos, chicles, Coca-Cola, o lo que se nos ocurriera para mantenernos despiertos y mitigar la fatiga.

Seguimos el recorrido sugerido por el sitio Ruta 0, tomando el Acceso Oeste, la Ruta Nacional (RN) 5 hasta Santa Rosa, RN 35, RN 152 pasando por Neuquén, RN 237 cerca de Villa El Chocón hasta llegar a nuestro destino.

Llegamos a Junín de los Andes cerca de las 17:00 del Sábado y nos dirigimos a la oficina de turismo (Tel: 02972-491-160) para averiguar sobre los campings cercanos. Hay 2 que están abiertos todo el año, ubicados uno frente al otro, a 4 cuadras del centro de la ciudad: El "Albergue Laura Vicuña" y "La Isla". Ambos campings tienen agua caliente y servicios básicos, sin embargo solo el camping Laura Vicuña cuenta con habitaciones compartidas (dormis).

Después del pequeño rally de casi 1600km que habíamos recorrido estábamos realmente cansados. Nos gustó la idea de conseguir lugar en una de las habitaciones compartidas para evitar armar la carpa por una sola noche y así elegimos el camping Laura Vicuña. La gente del camping nos atendió muy bien, el costo por persona para acampar era de $25 y para pasar la noche en una habitación era de $35, con tan poca diferencia de precio fue fácil decidirse por los dormis. La habitación estaba vacía y tenía capacidad para 10 personas, estufa y luz eléctrica. Los baños estaban limpios, con estufa y agua caliente las 24 hs.

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Pedimos permiso para encender la garrafa dentro de la habitación y nos dejaron, así que inauguramos nuestras sesiones de alta cocina con una esplendida cacerola de arroz cocido en caldo. Cerca de las 23:30 nos fuimos a dormir.


Día 3. Lunes 12 de Abril de 2010

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Nos levantamos cerca de las 11:00, el día estaba soleado con muy pocas nubes, el aire estaba frío y seco, a la luz del día nos dimos cuenta lo bien cuidado que estaba el camping: tenía una gran diversidad de plantas florales, árboles con hojas de todo tipo y color, rodeado por un arrollo y con vistas a las sierras que comenzaban del otro lado del agua. Era temporada baja y había muy poca gente, por lo que el lugar se podía disfrutar con tranquilidad.

Cerca del mediodía almorzamos y dejamos el camping, volvimos a la oficina de turismo para pedir informes sobre cómo llegar al Parque Nacional Lanín, hicimos unas compras en el supermercado y partimos de Junín de los Andes.

La ruta 61 une Junín de los Andes con una de las entradas al Parque Nacional Lanín, algunos tramos del camino son de ripio y otros de asfalto antiguo. El camino se eleva bordeando las sierras y permite ver un valle, algunos ríos de deshielo y por momentos el Volcán Lanín. Saliendo de Junín de los Andes son aproximadamente 10 km hasta la entrada al parque nacional.

La entrada al parque está señalizada con un cartel y luego puede verse muy de cerca la orilla del Lago Huechulafquen, un enorme espejo de agua que parece no tener fin. El día seguía soleado, pero hacía bastante más frío que cuando partimos de Junín de los Andes. Un par de kilómetros más adelante llegamos al puesto del guardaparque, allí nos cobraron una entrada de $8 por persona, que es válida durante el tiempo que se esté acampando dentro del parque. Hicimos algunas averiguaciones sobre los campings, sobre el reglamento de pesca y seguimos nuestro camino.

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La ruta 61 continua por dentro del Parque Nacional Lanín y es el camino principal que bordea el Lago Huechulafquen, en su recorrido hay alrededor de 10 campings, hostales, restaurantes, zonas de recreación, puestos de productos regionales, etc.

El Parque Nacional Lanín fue creado en 1937, lleva el nombre del pico más alto que es el volcán Lanín con 3776m sobre el nivel del mar. Dentro del parque existen varios asentamientos donde viven comunidades mapuches que son originarias de la zona, sin embargo no se les otorgó el título de propiedad sobre las tierras que habitan. Sin reconocimiento legal tienen un reconocimiento de palabra, donde se les permite la administración y concesión de las distintas instalaciones turísticas del parque.


Nos instalamos en el camping Bahía Cañicul, que fue el primero que encontramos. Tiene agua caliente todo el día, duchas, restaurant, un generador de luz eléctrica que se enciende durante la noche y lo más importante: una pequeña bahía reparada de los vientos fuertes que soplan sobre el Lago Huechulafquen. El costo por día en el camping era de $20 por persona.

El aire era limpio, el lugar silencioso y la vista inmejorable. Armamos la carpa y nos dedicamos a hacer nuestras primeras experiencias con la caña de pescar. Al anochecer fuimos a juntar leña en las arboledas cercanas, a medida que se hacía más tarde cada vez hizo más frío, para mitigarlo teníamos a la mano unas tabletas de chocolate y cantidad suficiente de ginebra.


Día 4. Martes 13 de Abril de 2010

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Nos habíamos propuesto levantarnos temprano y salir a conocer el parque, pero hacía mucho frío, el cielo estaba nublado y había nubes bajas que amenazaban con lluvia, así que tardamos bastante en salir de las bolsas de dormir.

Cerca del mediodía almorzamos y por la tarde fuimos en auto unos kilómetros hacia dentro del parque, buscando el Centro de Informes del guardaparque. Allí hicimos algunas consultas sobre cómo llegar hasta el Volcán Lanín y sobre el equipo necesario para subir a la cumbre.

Más tarde buscamos algún lugar del camino que estuviera cerca del lago, alguno se entretuvo leyendo Castaneda y otro hizo algunas pruebas con la caña de pescar. Había mucho viento y de a ratos lloviznaba, volvimos al camping antes del anochecer.


Averiguamos cuanto costaba cenar en el restaurant que está en el camping, un menú basado en carne a las brasas estaba $70 por persona más la bebida. Nos pareció caro y en su lugar preparamos la cena gasolera: lentejas con salsa, llevar una garrafa grande fue una buena idea.


Día 5. Miércoles 14 de Abril de 2010

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Nos despertamos temprano, desayunamos, preparamos nuestras mochilas de trekking y cerca de las 11:00 llegamos en auto hasta Puerto Canoa, donde está ubicado el Centro de Informes del guardaparque. Queríamos registrarnos para hacer la caminata a la base del Volcán Lanín, pero no había nadie en el puesto, por las dudas dejamos un papel con nuestros datos.

El sendero comienza a pocos metros del Centro de Informes, habíamos averiguado que el tramo de ida se podía recorrer en 04:00 horas, supusimos que nos iba a tomar menos tiempo.

La primer parte del sendero lleva a través de un bosque, muy pintoresco, con una gran variedad de árboles y plantas, bordeando y cruzando cursos de agua. El camino está muy bien marcado y casi no tiene pendiente, esta parte nos tomó 01:30 horas a buen ritmo y sin parar.

A medida que nos alejábamos del punto de partida, la huella del sendero estaba cada vez menos marcada, y en su lugar había marcas de pintura sobre las piedras que indicaban el rumbo a seguir. También empezaban a verse más senderos de animales que ayudaban a confundir el rumbo. En esta segunda etapa la pendiente se empezó a sentir un poco más, aunque todavía no exigía demasiado estado físico.

De todas formas, estábamos cansados. Alguno tenía ampollas en los pies, otro tenía dolor en las rodillas. Nos tomamos un rato para reflexionar sobre el paso del tiempo y de por qué cuando la gente llega a cierta edad cambia el trekking por la pesca u otro deporte con menos rigor físico. Eran cerca de las 14:00, hacía 3 horas que caminábamos casi sin detenernos y todavía no se veía el Volcán Lanín. Seguimos caminando.

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La tercer y última parte del sendero comienza al llegar a un cartel que dice Ultima subida 45' (cargue agua). Parados frente al cartel miramos hacia arriba: la pendiente era muy pronunciada, estábamos cansados y eran cerca de las 15:00. Estábamos retrasados y a la vuelta podía agarrarnos la oscuridad. Evaluamos dejarlo para otro día: Jamás, a subir o morir.

Emprendimos la subida, sin prisa y con pausas para recuperar el aliento. La pendiente está cubierta por árboles muy altos que apenas dejan pasar la luz, y a medida que se sube cada vez hace más frío. La vegetación va perdiendo densidad, el suelo pasa de tierra a piedra gris y luego a roca volcánica negra. Finalmente quedan solo unos arbustos y detrás de ellos se puede ver con claridad la inmensidad del Volcán Lanín.

Llegamos cerca de las 16:00, el tramo de ida nos tomó 05:00 horas, allí nos cruzamos con un extranjero y un guía que estaban por emprender la vuelta, son las únicas personas que vimos en este recorrido. Había mucho viento, la falta de vegetación nos dejaba bastante expuestos y aunque había sol hacía mucho frío. Nos dejamos caer cerca de alguna piedra y recuperamos las energías a base de Tang, pan de campo y atún.

Desde donde estábamos se podía ver con detalle las nieves eternas del Volcán Lanín y el relieve de sus cuestas. Estábamos realmente lejos del punto de partida, con solo el sonido del viento corriendo por entre las sierras, el sol y las ganas de conseguir el equipo necesario para subir al volcán. Nos quedamos un rato a disfrutar del paisaje, pero fue eso: solo un rato. Era inevitable observar como el sol empezaba a ponerse, eran cerca de las 16:30 y había que emprender la vuelta.

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Durante la vuelta paramos varias veces, estábamos agotados y adoloridos, cada vez estábamos más cerca de alguna torcedura de tobillo, así que aminoramos la marcha. Llegamos al punto de partida con luz de día, cerca de las 19:00 horas.

Llegamos al camping a ducharnos y dormir, ese día no hubo cena, estábamos muy cansados.




Día 6. Jueves 15 de Abril de 2010

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No hubo reloj despertador por lo que arrancamos pasado el mediodía, estábamos adoloridos por la actividad del día anterior y aprovechamos para ir de paseo a Junín de los Andes a buscar algunas provisiones. En este trayecto pinchamos una rueda, pusimos la rueda de auxilio y más tarde pasamos por una gomería.

Por la tarde evaluamos realizar alguna caminata al día siguiente, terminamos aceptando que necesitábamos unos días de reposo para recuperarnos, y por otro lado teníamos que estar más o menos sanos para poder volver conduciendo hasta Buenos Aires.

Resignado el trekking, dimos lugar a la lectura y al otro propósito del viaje: pescar una trucha y ponerla al sartén. No hubo caso, las horas pasaron y el anzuelo siempre volvió sin nada, en el mejor de los casos pescamos alguna ramita.

Nos hicimos a la idea de que el resto del viaje nos íbamos a dedicar a descansar y que teníamos que contener nuestra necesidad de hacer caminatas exigentes, ya que después de todo el descanso es también parte de las vacaciones.

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Día 7. Viernes 16 de Abril de 2010

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Nos despertamos cerca del mediodía y vimos que cerca de donde estaba la carpa había un muelle desde donde salía una lancha con un grupo de pescadores. Nos acercamos a charlar a ver si nos daban alguna pista para capturar una trucha.

Revisaron nuestro equipo y estaba bien, la técnica para lanzar el anzuelo también era correcta, finalmente nos dijeron que estábamos pescando en lugares donde no había truchas. Había sido que las truchas nadan cerca de la superficie, así que se las puede ver a simple vista. Nos sugirieron un lugar alejado donde tal vez tendríamos más suerte.

Allí fuimos, con algunos libros, gorros, pan de campo, una lata de Viandada y agua. Los pescadores tenían razón, allí podíamos ver las truchas a simple vista. Nos pasamos la tarde pescando y comprendimos por qué la trucha tiene fama de ser difícil: No pescamos nada.

Cada vez faltaba menos para la vuelta, llegó el momento de desarmar la carpa, despedirnos del Lago Huechulafquen y partir hacia Junín de los Andes. Volvimos al camping Laura Vicuña, a ocupar la habitación compartida, queríamos descansar bien durante la noche para emprender la vuelta al día siguiente.

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Día 8 y 9. Sábado 17 de Abril de 2010

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Por la mañana hicimos un breve recorrido por Junín de los Andes, nos dimos cuenta que era una ciudad con una fuerte presencia de la religión cristiana. En casi todas las calles puede verse algún comercio o paraje cuyo nombre está vinculado a algún aspecto del cristianismo.
Visitamos el Santuario Nuestra Señora de las Nieves, donde se puede apreciar la combinación de la religión cristiana con el arte mapuche dado que parte de la decoración de la iglesia está basada en dibujos y motivos de las culturas originarias de la zona.

Luego del almuerzo, pusimos el auto en la ruta y comenzamos la vuelta, deshaciendo el camino andado.




Algunos Comentarios

El Parque Nacional Lanín es muy extenso y tiene una buena variedad de paisajes, para poder disfrutar mejor de la experiencia es conveniente recorrerlo en auto y así poder disponer de libertad a la hora de planificar (o improvisar) los paseos.

Aprendimos que es mala idea gastar nuestras energías en una actividad muy exigente, ya que los días siguientes solo los dedicamos a recuperarnos.

Conducir el auto por turnos nos permitió llegar muy lejos en poco tiempo, con esta modalidad y un poco de suerte podríamos haber ido mucho más lejos, incluso hasta Chile.


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