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Midnight Soret - Qué se puede hacer en un día en Buenos Aires?
Visita a la Ecovilla Gaia
Qué hicimos?
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Una lectora nos comentó sobre la existencia de la Ecovilla Gaia, una comunidad
que aplica a su forma de vida principios ecológicos y sustentables.
El lugar está ubicado a 120 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en las
afueras de la ciudad de Navarro en la Provincia de Buenos Aires.
Nos comunicamos por teléfono con la Ecovilla para avisar que íbamos a ir de
visita y de paso nos pareció una buena oportunidad para conocer Navarro.
Nos encontramos cerca de las 10:30 y partimos en auto hacia Navarro, para
llegar seguimos las excelentes
indicaciones que están publicadas en la página de Gaia. Durante el viaje
se puede apreciar el gradual cambio del paisaje urbano al rural, el último
tramo del viaje se hace por la ruta provincial 47 donde por momentos éramos
el único vehículo visible. Luego de 02:30 horas de viaje y $6 de peaje llegamos a
Navarro, eran cerca de las 13:00.
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Navarro es una pequeña ciudad, con algunos paisajes que parecen sacados del
túnel del tiempo. Como la mayoría de los pueblos chicos, tiene una plaza
principal rodeada por una iglesia y otros edificios públicos. Al lado del casco
urbano se encuentra la Laguna de Navarro donde se pueden practicar la pesca y
deportes náuticos.
Dimos un paseo por la ciudad y pasamos por un almacén para procurarnos uno de
nuestros nutritivos almuerzos, luego fuimos a conocer la Laguna de Navarro.
La parte en la que se puede acceder a la orilla está rodeada de recreos con
parrillas y espacio para autos o casas rodantes, para permanecer en los recreos
se cobra entrada por cada visitante.
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Nos pareció mal que para llegar a la orilla de la laguna hubiera que pagar
entrada, así que aprovechando las ventajas de ir con auto, empezamos a recorrer
su perímetro a ver si encontrábamos algún lugar donde poder bajar a mojarnos
los pies. Nuestro recorrido se vio frustrado al darnos cuenta que nos habíamos
metido en un basural. Impresionados por el olor y el paisaje del lugar, vimos que había cerdos y
perros comiendo de los residuos, y que a pocos metros del lugar había
construcciones muy precarias donde había gente viviendo.
La Ecovilla Gaia se encuentra ubicada sobre un camino de tierra que se abre
de la ruta provincial 41, a unos 3 kilómetros de la Laguna de Navarro.
Una vez que se encuentra el camino de tierra, es muy fácil llegar.
Allí nos dieron la bienvenida y nos recordaron que el costo de la visita
era de $7 por persona, la visita dura alrededor de 02:00 horas e incluye una
ronda de mate para charlar sobre las inquietudes que hayan quedado.
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Entramos y esperamos un rato hasta que comenzara la visita, nuestra guía se
llamaba Mónica y con ella comenzamos a recorrer el lugar,
deteniéndonos de vez en cuando para recibir explicaciones sobre los hábitos,
técnicas de construcción, cultivo y modo de vida que se lleva dentro de la Ecovilla.
El resto de este artículo comenta alguna de las cosas que nos llamaron la atención en la visita.
Duchas y baños
Lo primero que nos mostraron fueron las duchas, para calentar el agua no utilizan
gas ni electricidad, sino que tienen un sistema de tuberías encerradas al vacío
en gabinetes de vidrio, este mecanismo utiliza y concentra el calor del sol para
calentar agua y almacenarla en tanques con aislación térmica.
Luego nos mostraron los baños secos, secos en el sentido de que no
utilizan agua para el inodoro. Debajo de cada inodoro hay una cámara de un
metro y medio de profundidad, cuando se construye el baño en la mitad de esa
cámara se coloca una malla metálica sobre la cual se pone papel de diario y un
sustrato de compost con lombrices rojas californianas. Las lombrices transforman
la materia fecal en humus que cae en la parte inferior de la cámara.
La cámara tiene un acceso lateral para retirar una bandeja por donde cada
cierta cantidad de meses se extrae el humus producido.
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De este modo logran
transformar la materia fecal en abono de alta calidad. Para evitar los
olores del baño, la cámara tiene un tubo de ventilación que llega hasta el
techo por donde se expulsan los vapores. Además de las lombrices, también
cultivan ciertos microorganismos que agregan dentro de la cámara para acelerar
la descomposición de las heces.
La orina la separan en bidones, la diluyen en tres partes en agua y se
utiliza esta mezcla como fertilizante dado que tiene una cantidad importante
de minerales y nutrientes que las plantas utilizan, por ejemplo nitrógeno y
fósforo. No utilizan este liquido para la huerta, pero si para lo árboles
frutales ya que estos son mucho mas grandes y tienen mas tiempo de asimilar
los nutrientes.
La huerta
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Utilizan lo que llaman agricultura natural, lo cual incluye entre
otras cosas el evitar realizar movimientos de suelo (pozos, arado, etc.).
Por ejemplo, cuando quieren plantar un árbol no revuelven la tierra para matar
y sacar la gramilla (maleza) que está alrededor y que competiría por los
nutrientes del suelo y la luz solar. En su lugar colocan una lona de plástico
sobre el suelo y la tapan con paja seca, de este modo la gramilla que está
debajo del plástico se seca por falta de luz y luego de un tiempo tienen un
suelo sin maleza donde plantar el árbol, la ausencia de gramilla alrededor
del árbol favorece su salud y crecimiento, de modo que requiere menos cuidados
y atención. Para fertilizar el suelo, tapan con un plástico un sector de la
tierra por varios meses lo cual atrae a las lombrices, estas producen compost
y fertilizan naturalmente el suelo, cuando remueven el plástico tienen tierra
fértil donde plantar los brotes jóvenes.
Otro concepto que implementan es el de la huerta integrada al bosque,
en el sentido de que no se tala parte del bosque para hacer la huerta.
En su lugar se seleccionan las especies de árboles (frutales) a plantar de
modo de ir poniendo en los bordes del bosque aquellas variedades que
requieren mas luz y que produzcan menos sombra, dando paso a las plantas de
menor altura que son habituales en las huertas.
En la huerta no se utilizan agroquímicos ni pesticidas para combatir plagas,
solamente lo hacen a través de métodos que no afecten al medio ambiente.
Por ejemplo, para combatir las hormigas colocan cáscaras de naranja en el
suelo, alrededor de las plantas que quieren proteger, o en algunos casos
frascos de vidrio con arroz partido seco, en ambos casos las hormigas
suelen preferir estos alimentos antes que las hojas de las plantas.
En el caso de la cáscara de naranja, tiene un componente que impide el
crecimiento del hongo del que se alimentan las hormigas, y en el caso del
arroz: este ocupa espacio dentro del hormiguero y al hincharse con la
humedad de la tierra les obstruye los túneles y las obliga a mudarse a otro
lado.
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También utilizan la técnica de asociación de cultivos para evitar las
plagas, por ejemplo plantan una variedad de rábano entre medio de las plantas
de hoja (lechuga, acelga, etc.). El tipo de langosta que hay en esa zona tiene
preferencia por el rábano, así que se alimenta de él y no estropea el cultivo
de las plantas de hoja. En otras palabras, plantan variedades para darle de
comer a las langostas. Muchas de las asociaciones de cultivos surgen de la
observación, a veces se plantan especies que atraen insectos benéficos, u
otras que los repelen como en el caso de la albahaca que desalienta el
crecimiento de gusanos. Otro ejemplo de asociación es el de un árbol de kiwi,
en su clima ideal el árbol necesita una estructura donde sostenerse y precisa
mucho nitrógeno en el suelo. Al plantarlo, lo asociaron a un árbol de acacia
blanca que por ser de la familia de las leguminosas toma nitrógeno del aire y
lo fija al suelo, de este modo se evitó fertilizar la tierra y el árbol de
kiwi crece alto y fuerte.
La huerta tiene su banco de semillas, y un sector donde realizan
plantines en macetas que luego se trasplantan a la tierra. Los vegetales que
plantan dependen de la estación del año, entre ellos hay zukini amarillo,
tomate amarillo, amaranto, kiwi, kina, negui, etc. El riego del lugar lo
realizan en forma manual con mangueras, no utilizan canales de riego.
Los productos obtenidos de la huerta se utilizan para el consumo interno de la
Ecovilla, si bien hay una variedad interesante de plantas, la superficie
cultivada es muy chica debido a que el cuidado de la huerta requiere
dedicación y son pocos los habitantes del lugar.
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El bosque
En la mitad del predio se encuentra un tupido bosque de acacias, lleno de
sombra y animales silvestres, ese bosque es una separación natural entre la
entrada a la Ecovilla y la parte posterior donde se encuentran las viviendas
construidas por los habitantes del lugar. Del bosque se obtiene madera para
las construcciones, cuidando de hacerlo de forma sustentable y plantando
nuevos ejemplares para reponer los talados. Allí se pueden encontrar los
animales típicos de la zona, como zorros, lagartos, liebres, etc.
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La energía eléctrica
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La Ecovilla no está conectada a la red de distribución eléctrica, genera su
propia energía en forma renovable. Para ello cuentan con un sector donde hay
ubicados varios paneles solares, algunos los compraron ellos y otros fueron
donados por un visitante, los paneles transforman la energía solar en energía
eléctrica que es almacenada en un banco de baterías. El banco de
baterías es una habitación techada, donde hay dispuestas varias decenas de
baterías de gel parecidas a las que usan los autos (12 volts) y un elevador
de tensión que transforma la energía de las baterías en 220 volts. Esto les
permite tener luz, computadoras, heladeras, herramientas eléctricas y todo
los artefactos de uso común en el hogar. Para las épocas en las que no hay
suficiente sol, cuentan con un molino de viento que transforma la energía
eólica en energía eléctrica que carga el banco de baterías.
Por otro lado los habitantes tienen muy presente que la energía
eléctrica se debe usar con responsabilidad.
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En épocas en las que no
hay suficiente energía en las baterías todos hacen sacrificios en sus
comodidades personales para utilizar esa energía de la mejor forma posible,
manteniendo el funcionamiento de las heladeras y la iluminación nocturna.
Las casas
El sector donde están las viviendas está comprendido por unas diez casas,
donde se ponen en práctica distintas técnicas de construcción siguiendo
principios ecológicos, bioclimáticos y de aprovechamiento de la energía.
Un ejemplo de estos principios es el construir las viviendas orientadas hacia
el norte, de forma de aprovechar al máximo el sol: durante el verano el sol
está alto y no entra por las ventanas, y durante el invierno está bajo y al
entrar por las ventanas funciona como calefacción. Otro ejemplo es el uso de
paredes externas de 45cm de ancho, lo que le da a la casa una excelente
aislación térmica tanto en verano como en invierno.
Algunas construcciones utilizan una especie de ladrillos enormes llamados
bloques de aislación, que se hacen con una mezcla de barro, paja y
arena, moldeados de forma rectangular y secados al sol. Estos bloques se
utilizan en las paredes y en los techos, entre sus virtudes se destaca la
aislación térmica, permitiendo ambientes frescos en verano y abrigados en
invierno. En otras construcciones utilizan una técnica de modelado a mano,
se realiza la misma mezcla que para los bloques de aislación y mientras la
mezcla es maleable le van dando forma a la pared con sus propias manos.
Esto les permite poder adornar las paredes, hacer formas curvas, o poner
botellas o vidrios de colores incrustados en la pared. Otro aspecto
interesante de las construcciones es que la mayoría de las ventanas dan al
norte y son fijas, es decir se utiliza un vidrio doble amurado dentro
de la pared (sin utilizar un marco), lo cual forma parte de las técnicas que
utilizan para aprovechar mejor la energía del sol. Lo que mas llama la atención
es la forma de las casas, tienen pocos ángulos rectos y la mayoría de
las paredes externas están decoradas de una u otra forma.
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Los techos se hacen de distintas maneras, algunos son techos de paja similares
a los usados en los quinchos, que son impermeables y tienen una duración
aproximada de 20 años. Pero los techos mas llamativos son los llamados
techos vivos, que tienen una base de madera sobre la que se dispone
una membrana de plástico para darle impermeabilidad. Sobre la membrana se
coloca un sustrato de tierra de 10cm donde se plantan pasto o plantas florales.
A estos techos vivos se los riega regularmente y cumplen una doble
función: la de aislante térmico y la de decoración.
El interior de las casas se hace con una mezcla de barro mas fino que da un
acabado liso, similar al del cemento fino y las paredes se pintan con cal.
Los pisos se hacen con tierra alisada y apisonada, a la que se le pasa una
capa de aceite de lino y se deja secar, luego se aplica una capa de aceite de
naranja y finalmente se pone una capa de cera de abeja.
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Este tratamiento hace que el suelo se vea firme, brillante y que se le pueda pasar
una lustradora para darle un acabado final. Si por algún motivo el suelo se daña,
se puede repetir el procedimiento en el sector dañado y la reparación queda
como nueva.
La construcción que mas se destaca es el Centro Comunitario que cuenta
con baños, cocina, comedor comunal y es donde se realizan reuniones, se
reciben invitados, se dan cursos de distintos tipos y es un lugar de encuentro
para los habitantes de la Ecovilla.
La vida en la Ecovilla
En un sector de la Ecovilla se encuentra la cocina comunitaria, entre otras
cosas cuenta con un horno de barro que funciona a leña. También hay un horno
solar, que es un gabinete de madera forrado en su interior con espejos y papel
aluminio, con una tapa de vidrio y que se lo orienta hacia el sol.
En su interior se pueden cocinar panes, pizzas, guisos, etc.
En otro sector se encuentran las piletas de lavado, donde solo se utilizan
productos biodegradables. El desagüe de las piletas corre por una canaleta
hasta un sector donde hay una variedad especial de juncos que degradan los
detergentes.
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Los residuos se separan en orgánicos y no orgánicos. Los orgánicos se utilizan
para hacer humus mediante el uso de lombrices, los plásticos blandos los usan
como relleno dentro de envases de plástico sólidos y lo ponen dentro de las
paredes cuando construyen nuevas viviendas, los bidones plásticos los rellenan
con adobe y también los ponen dentro de las paredes. Los vidrios rotos los
guardan para hacer obras de arte o para algún uso futuro.
La Ecovilla se guía por principios de
permacultura y el modo
de vida comunitario, los integrantes generan recursos juntos, viven, trabajan
y reciben visitantes dentro de la Ecovilla, no importa la tarea que cada uno
realice todos reciben un estipendio mensual que es igual para todos.
Si hay un sobrante de dinero se utiliza para invertirlo en la Ecovilla y
hacer crecer el proyecto.
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Los habitantes tienen que dedicarle 2 días de la semana y además 2 horas
por día a trabajos comunitarios. Las decisiones se toman por consenso:
si se trabaja ocho horas al día, si se toman un día de descanso o días libres,
retiros personales, etc.
Té de cedrón y ronda de mate
Al finalizar el recorrido Mónica nos invitó a tomar la merienda y aprovechamos
para averiguar algunas cosas mas:
MS: Llega gente que se quiere quedar a vivir en la Ecovilla?
Mónica: La Ecovilla está abierta a recibir nuevos habitantes, cuando llega alguien nuevo pasa por un período de integración, la persona que llega está acostumbrada a la ciudad, a ver televisión y a ciertas comodidades que tal vez aquí no hay, aunque tengamos televisión y una computadora con banda ancha. La vida de campo es muy distinta, requiere de otras cosas, una de ellas es la vida interior porque la naturaleza te pone de frente a tus cosas. Entonces, uno viene creyendo que el campo es divino, que la vida al aire libre es genial, etc. pero te encontrás con otra realidad.
MS: Cómo es el período de integración?
Mónica: La integración es para ver cómo es la vida en la comunidad, ver cómo son los acuerdos, a veces a uno le gustaría estar leyendo o tocando la guitarra, pero hay cosas para hacer en la comunidad, entonces bueno... uno no tiene tanto tiempo para descansar. Igual descansamos, cuando hay cursos, o cuando hay un fogón, pero entre tanto trabajamos un montón! además hay niños que cuidar, criar y muchas cosas que atender.
Por otro lado cada persona que viene trae su idea de como debería ser la comunidad, hay gente que viene con intenciones de quedarse, pero no todos se enganchan, depende en parte de su edad y de sus ideales. La gente sigue su camino, tal vez lo que no encontraron acá lo encuentran en otro lado y eso depende de los procesos personales de cada persona. La comunidad no es un grupo terapéutico, es un grupo de personas que viven juntas pero cada una se tiene que hacer cargo de sus cosas. Si tenés un problema con otro integrante te tenés que sentar a hablarlo con el otro, porque al día siguiente va a seguir estando a acá.
Cuando viene alguien nuevo, ve a alguien que hace mas que está como a un jefe, entones le proyecta un montón de cosas al otro. Estamos tratando de cambiar este tipo de cosas, de educar a los nuevos integrantes sobre que aquel que está desde antes es quien levanto esto que se ve. Hay que tomar una actitud de aprender y de desarrollarse en lo que se pueda, sino aparecen los conflictos.
MS: Cómo es la vida dentro de la Ecovilla?
Mónica: Acá es un lugar donde siempre hay cosas para hacer, porque viene gente de afuera y estás para explicar, para contar, es decir hay que tener un principio de entrega, no es que no se hagan cosas para uno mismo, pero hay que tener cierta apertura hacia el afuera. Mostrar a los visitantes que se puede vivir de otra manera requiere de un compromiso por parte de uno. A veces llega un punto en el que pensás 'pero cuando vine acá yo quería...'.
De todos modos, las cosas cambian a medida que el grupo cambia, al principio eramos 5 y ahora somos 15. Quince parece poco, pero somos un montón, y estamos abiertos a que vengan mas personas, entonces todo el tiempo el grupo está acompañando a los que se están quedando con conocimientos, compresión, etc.
MS: Los habitantes de la Ecovilla pueden tener otros trabajos fuera del predio?
Mónica: Sí, nosotros lo llamamos economía personal y surgió de observar que no todo el mundo está dispuesto a dejar todo y venir a vivir acá, por ahí hay una historia, gente que quiere mantener su trabajo. Había que ajustar el proceso de adaptación a la comunidad, es algo evolutivo para el que viene y también para el que está de antes.
MS: Tienen alguna creencia religiosa o espiritual?
Mónica: No, no hay ninguna línea espiritual, así que cada uno tiene que hacerse cargo de sus creencias e ideales. Hay algunos que meditan y se quedan en silencio durante horas, otros hacemos yoga, etc. Respetamos la mezcla de culturas y creencias.
MS: Cómo realizan la educación de los niños de la comunidad?
Mónica: Ese es un tema delicado y lo estamos viendo, hay 4 niños que están por entrar en edad escolar y no sabemos si mandarlos al colegio o formarlos acá. Nosotros tenemos materiales para educarlos, libros, clases en CD, etc. Nos gustaría hacer un programa que incluya una fuerte base de permacultura y vida natural, pero todavía no tenemos decidido que vamos a hacer.
MS: Hay médicos dentro de la Ecovilla?
Mónica: Cada uno tiene sus médicos, muchos están en la Ciudad de Buenos Aires. Unos van al médico, al dentista, o al hospital del pueblo pero con cierto límite, porque para algunas cosas hay que ir a Luján. Otros se curan con ayunos, aceites esenciales o medicinas homeopáticas.
MS: Compran alimentos fuera de la Ecovilla, o les alcanza con los productos de la huerta?
Mónica: La huerta es una ayuda, pero no produce lo suficiente como para mantenernos a todos. La yerba, los cereales y las legumbres las compramos al por mayor en mayoristas de Capital Federal. En la cocina no se preparan carnes, es parte de la carta fundacional de la Ecovilla porque los fundadores eran vegetarianos, cuando alguien quiere comer carne se va al pueblo y come allá. Tampoco está permitido tomar alcohol, ni el uso de drogas, por eso a veces se piensa que va a poder hacer lo que tenga ganas, pero luego se da cuenta que hay reglas para que todos podamos convivir de la mejor manera posible.
MS: Quién es el propietario del terreno y de las casas que construyen?
Mónica: Todo lo que está acá es de la Asociación Gaia, que es una asociación civil y es la que paga el impuesto municipal, por eso la Ecovilla no es de nadie y a la vez es de todos sus habitantes. Ahora estamos tratando que declaren la Ecovilla como un poblado para evitar que pasen aviones fumigando sus alrededores.
Resumen
En a Provincia de Buenos Aires, a 120 kilómetros de Capital Federal,
se encuentra la ciudad de Navarro. En las afueras de la ciudad hay una gran
laguna donde se pueden realizar deportes náuticos y pesca, allí hay un recreo
municipal con parrillas y baños para los visitantes (se cobra por visitante).
A pocos kilómetros de la laguna se encuentra ubicada la Ecovilla Gaia, es una
comunidad abierta donde se vive siguiendo principios de
permacultura, esto es
el uso ecológico y sustentable del medio ambiente. Se pueden realizar visitas
guiadas los días sábados, domingos y feriados, la visita comienza a las 15:00,
dura 02:00 horas y tiene un costo de $7. También se puede ir a pasar un fin de
semana, o mas tiempo, para lo cual hay que hacer una reserva previa.
Los teléfonos del lugar son: (02272) 49-2072 y (02272)15-552-554
Actividad: Visita a la Ecovilla Gaia
Duración: Todo el Día
Medio de Transporte: En auto
Costo por persona: $50 (viajando en auto, combustible y peajes, ida y
vuelta, mas la visita a la Ecovilla)
Tiempo de viaje: 02:00 por tramo partiendo desde el centro
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Contactanos: midnightsoret@gmail.com
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