En el barrio porteño de Palermo, en el cruce de la Av. Figueroa Alcorta y Av. Casares, se encuentra ubicado uno de los paseos mas bellos de la Ciudad de Buenos Aires, se trata del Jardín Japonés.
El lugar abre sus puertas al público todos los días de 10:00 a 18:00. Como indica su nombre es una interesante obra de paisajismo que recrea un jardín japonés, está adornado con distintos tipos de árboles, plantas florales, cursos de agua y un estanque central poblado de coloridos peces Carpa.

Nos encontramos en la puerta del lugar cerca de las 15:00 y pagamos el precio de la entrada que es de $5 por persona. Una vez que se dentro se puede apreciar un paisaje arbolado, con césped, arbustos, un estanque y distintas sendas de asfalto que permiten recorrer el lugar.

Era el fin de semana y el lugar estaba bastante concurrido por parejas, turistas extranjeros y familias con niños.
Cerca de la entrada hay una tienda de artesanías, donde pueden adquirirse distintos tipos de objetos decorativos relacionados con la cultura japonesa, entre ellas destacan las lámparas de papel, estatuillas y Jardínes zen en escala.

Por $2 compramos una bolsita de alimento para peces y nos acercamos al estanque a darles de comer a los que sin duda son los protagonistas del lugar: los atractivos peces Koi (Carpas de colores). Los peces parecían tener un apetito sin fin y los niños no se cansaban de darles de comer.

Recorriendo el lugar se puede encontrar una pérgola, un muelle de madera, distintos puentes que atraviesan el estanque, un mirador que es el punto mas elevado del parque, y un vivero donde pueden adquirirse plantas típicas de la cultura japonesa, incluyendo los conocidos árboles bonsái.
Hacia el fondo se encuentra un edificio donde funciona la Fundación Cultural Argentino Japonesa, que es la entidad administradora del Jardín Japonés y cuyo principal objetivo es difundir la cultura japonesa y fomentar distintos tipos de actividades culturales como exposiciones, talleres y cursos.

En la planta baja de ese mismo edificio funciona un restaurante en el que se sirven platos y bebidas relacionadas a la cultura japonesa. El restaurante estaba lleno y tuvimos que esperar unos minutos para que nos dieran una mesa.
Eran cerca de las 17:00 así que pedimos dos tipos distintos de té: de jazmín y de trigo ($5 c/u) acompañados de un par de masas dulces ($3 c/u). Recorriendo la carta, y no pudiendo resistir la tentación, pedimos una jarra de sake ($18) que con su delicado y fragante aroma fue el broche de oro del paseo.
Salimos del Jardín Japonés, y como aun quedaba luz caminamos unas cuadras y nos fuimos a recorrer el Rosedal de Palermo.