En alguna charla de bar surgió el nombre de la República de los Niños, teníamos recuerdos muy vagos del parque y nos preguntamos si todavía existía. Luego de una breve investigación averiguamos que el lugar seguía abierto y que está ubicado a pocas cuadras de la estación Gonnet del Ferrocarril General Roca.

Nos encontramos en Plaza Constitución cerca de las 11:00, compramos boletos de tren ida y vuelta a La Plata ($3) y revisamos la pizarra de horarios: había servicios cada 30 minutos. El tren ya estaba en el andén y pudimos conseguir asientos, el servicio partió puntualmente a las 11:20. El estado del tren era lamentable, los asientos eran de metal y estaban despintados, el piso de los vagones estaba poblado de papeles, latas, envoltorios de golosinas, etc.

El ramal que une Plaza Constitución con La Plata utiliza locomotoras Diesel, en su viaje atraviesa una diversidad de paisajes urbanos y de campo. Una hora y media después llegamos a la estación Gonnet, que está ubicada a 5 Km. de La Plata.

Pedimos indicaciones a la gente del lugar y caminamos por la calle 501 que nace frente a la estación de tren, cuatro cuadras después encontramos la entrada lateral a la República de los Niños. Había una boletería para sacar la entrada ($3) pero como no había nadie para cobrarnos entramos sin pagar.

La República de los Niños fue construida en la década del 50 e inaugurada por el entonces presidente Juan Domingo Perón. El proyecto de realizó sobre un predio de 52 hectáreas donde se pretendía recrear los distintos aspectos de un país, con sus paisajes, medios de transporte e instituciones adaptadas al tamaño de los niños.
La intención era tener un parque recreativo donde los chicos pudieran divertirse y aprender sobre los distintos organismos que componen un gobierno republicano.

A una cuadra de la entrada están ubicados varios juegos mecánicos para chicos de distintas edades: sillas voladoras, autos chocadores, botes chocadores, un barco que se balancea, una calesita, un twister y una pista de kartings a motor, entre otros.
Para subirse a los juegos hay que comprar boletos a razón de $3 cada uno, según el juego se necesitan dos o tres boletos.

Con un montón de niños riendo y gritando a nuestro alrededor, sentimos la irrefrenable necesidad de subirnos a los juegos. Nos llamó la atención el twister, como había poca gente en el parque fuimos los únicos pasajeros del viaje.
La experiencia fue genial y al bajar del juego, al igual que los chicos, queríamos subirnos a todos los juegos del lugar.

Luego encontramos una pista de kartings a motor, requería 3 boletos ($9) por participante y la carrera duraba 4 vueltas al circuito. Nunca habíamos conducido un karting, así que no podíamos dejar pasar la ocasión. Nos dieron cascos, nos abrochamos el cinturón de seguridad y comenzó la carrera.
Nuevamente, la experiencia fue muy estimulante y por unos minutos jugamos a ser Fangio.

Eran cerca de las 14:00, dejamos atrás los juegos y seguimos recorriendo el parque. Hay una buena cantidad de edificios construidos a escala: castillos, casas, la penitenciaría, la granja, el puerto, la aduana, etc. Algunos edificios estaban descuidados y muchos estaban clausurados con una faja del Gobierno de La Plata, así que solo se los podía apreciar por fuera.

En nuestro recorrido encontramos el Centro Cívico donde se recrean varios edificios públicos: la casa de gobierno, la capilla, la legislatura, un banco y una delegación de la AFIP, entre otros. También hay una estación de tren desde donde parte un trencito de pasajeros que recorre los principales paisajes de la República de los Niños, y una plaza central con una estatua a escala del General San Martín . Esta parte del parque se encontraba muy bien conservada y la mayoría de los edificios estában abiertos al público. En torno a la calle principal del Centro Cívico se encuentra el sector de servicios que cuenta con un restaurante, una heladería, un kiosco y un sector con baños.

Luego de un almuerzo liviano, aprovechamos el césped bien cuidado para tomar una siesta a la sombra de un árbol. Promediando la tarde se empezó a notar una mayor cantidad de visitantes, y cerca de las 16:00 emprendimos el regreso a la Ciudad de Buenos Aires.