|
Midnight Soret - Expediciones
Ascenso al cerro Uritorco
|
|
|
Preparativos
Necesitábamos encontrar un destino que nos permitiera tener un recreo mental de la ciudad, pero que estuviera los suficientemente cerca como para poder realizar el viaje en cuatro días. Habíamos escuchado hablar sobre el cerro Uritorco y de su fácil ascenso, también sobre los mitos acerca de ovnis que alguna vez se vieron por la zona.
El cerro Uritorco se encuentra en las afueras de Capilla del Monte en la provincia de Córdoba. Desde Buenos Aires hay varias compañías de ómnibus que llegan hasta el pueblo.
Día 1 - Viernes 25 de Julio
Partiendo de Buenos Aires el Jueves 25 de Julio a las 21:10 llegamos a Capilla del Monte a las 09:40 de la mañana del día Miércoles. Seriamos desconsiderados si no hiciéramos mención a Román Valdez quien tuvo la gentileza de convencer a los conductores del micro que esperaran nuestra tardía llegada a la terminal de Retiro, muchas gracias!.
La terminal de ómnibus de Capilla del Monte es modesta y no tiene demasiadas comodidades. Con las mochilas al hombro preguntamos en las boleterías de la terminal la ubicación de la Secretaría de Turismo, nos nutrimos de algunos folletos y mapas con los principales puntos de Capilla del Monte. Nos indicaron que la base del cerro Uritorco estaba a 4km de la Secretaría de Turismo y que la forma mas práctica de llegar era en remis. La mañana estaba fresca y teníamos todas las energías, así que nos dimos a la caminata que nos tomó un poco mas de lo que esperábamos porque todo el camino fue en subida y por calle de tierra.
El camino pasa por un mirador que da a la entrada al cerro, que es un bar de los dueños del terreno donde está situado el cerro y continua medio kilómetro mas, terminando en el camping La Toma.
El camping tiene un amplio espacio para ubicar las carpas, con muy pocos árboles de escaso follaje y con terreno pedregoso. Cuenta con baños y duchas que están abiertas de 17 a 21 y con asadores de ladrillo que cuando fuimos no tenían parrilla. Al lado del camping hay una proveeduría-restaurant donde preparan minutas y donde se pueden hacer pedidos de víveres para que los traigan del pueblo; unos puestos donde venden artesanías y un río que en invierno tenía poco cause pero que hacía muy pintoresco el paisaje. El camping no cuenta con teléfonos públicos, pero hay un equipo de radio por el que se puede llamar un remis. El costo por cabeza en el camping era de $3 por noche.
Armamos la carpa debajo de uno de los pocos árboles que encontramos, compramos una bolsa de leña en la proveeduría y nos dimos a la ardua tarea de encender y mantener un fuego: nos tomó 90 minutos, una bolsa de leña entera y muchas lágrimas producto del humo para lograr cocinar una hoya de arroz.
Averiguamos que el acceso al sendero de ascenso al cerro Uritorco esta abierto desde las 08:00 hasta las 12:30 y que según el estado físico la subida y bajada toma alrededor de 6 horas. Ese día no podíamos subir, así que bordeamos el río que pasa por al lado del camping y fuimos río arriba, andando por un sendero en subida y que luego nos enteramos llega hasta el dique Los Alazanes. Apenas media hora de andar y ya se sube lo suficiente para ver el camping desde arriba y el bello paisaje que lo rodea.
Ni bién se ocultó el sol detrás de las sierras, el frío nos acaricio las mejillas. La temperatura bajó rápidamente y de 27 grados que hacía durante el día paso a haber menos de 13 grados y con viento. Nos dimos una ducha, pedimos unas milanesas en la proveeduría y nos fuimos a dormir temprano, exhaustos por el viaje.
Día 2 - Sábado 26 de Julio
El reloj despertador sonó a las 09:00 y un rato después estábamos consiguiendo un termo con agua caliente en la proveeduría para el desayuno, tiramos dos saquitos de café dentro del termo de agua hirviendo y obtuvimos un litro de agua marrón con gusto a nada. Luego de eso, pasamos por la proveeduría a retirar los sándwich de milanesa que habíamos encargado la noche anterior y una botella de plástico con 2.5 litros de agua para nuestro ascenso.
Desde el camping, se puede ir bordeando el río hasta llegar al acceso al sendero de ascenso al cerro. Allí hay una confitería y un puesto de venta de artesanías. Pagamos el derecho de ascenso $3 por cabeza y nos indicaron donde comenzaba la senda. Comenzamos nuestra caminata a las 12:10 y el sol era muy fuerte.
El sendero tiene un metro de ancho y bordea el cerro, que tiene poca vegetación que no obstruye la visión. Luego de una hora de andar se esta lo suficientemente alto para ver desde arriba la ciudad de Capilla del Monte y una vista muy linda de la zona. A mitad del camino de ascenso hay una llanura y una zona de acampe con una habitación con un par de inodoros (que a unos metros de distancia olían mal) y un puesto pequeño donde venden agua y alguna golosina a un precio mas alto que lo que se conseguiría en la base. Si se quiere acampar ahí es necesario avisar en la base del cerro y pagar algunos pesos mas. Vale la pena notar que todavía no es posible ver la cima.
Desde ahí, el trayecto restante hasta la cima es de menor extensión pero de mayor esfuerzo, pues la subida es mucho mas pronunciada. La senda atraviesa pastizales altos y es fácil perderla, en algunos tramos la propia ladera del cerro hace sombra sobre la senda y el viento frío se hace sentir. A media hora de la cima encontramos un hilo de agua que goteaba por una ladera y terminaba en un charco de agua que estaba hecho hielo.
Luego de 02:30 de ascenso llegamos a la cima (1979 m) que es amplia y tiene una vista bellísima pues no hay otros cerros que estén cerca y tapen el paisaje. El cielo estaba despejado y había bastante viento, tomamos unas fotos, liquidamos nuestros sandwiches y dejamos descansar nuestros huesos un rato antes de empezar la vuelta. Como habíamos comenzado el ascenso un poco tarde no pudimos quedarnos el tiempo que hubiéramos deseado.
En el descenso tardamos 01:30, llegando nuevamente a la base donde avisamos a los dueños del bar sobre nuestro arribo y volvimos al campamento para tomar una merienda.
Una ducha para aflojar los músculos y luego el frío cruel nos castigó ni bién se escondió el sol detrás de las sierras. El cielo estaba despejado y las estrellas cubrían todo el cielo con un brillo increíble. Armamos nuestro calentador dentro de la carpa (una imprudencia, pero la temperatura era cercana a los cero grados) y cocinamos unas lentejas con salsa fileto que fueron el mejor plato del viaje.
Día 3 - Domingo 27 de Julio
El ejercicio del día anterior nos había dejado tan cansados que no escuchamos el reloj, nos despertamos pasado el mediodía y tomamos una desayuno-almuerzo de te con un rico pan y queso comprado en la proveeduría. Mientras comíamos nos visito Sergio un guía de la zona, quien ofreció sus servicios para una cabalgata hacia el dique Los Alazanes (1400 m). Aceptamos su propuesta de $30 por cabeza y una vez cerrado el trato nos presentó a su hijo Juan Sol que rato después llegó con dos yeguas: Maria y Chispa.
Ninguno de nosotros había montado jamás y nos valimos de las generosas explicaciones de Juan acerca de como poner el cuerpo y distribuir el peso del cuerpo según si se trataba de una subida o una bajada, así como el uso de los talones para hacer que las yeguas cooperaran con nosotros. El viaje de ida fue en subida y duro 02:30, las monturas cómodas y ajustadas por Juan al largo de nuestras piernas evitaron que el viaje resultara mas doloroso de lo previsto.
Al llegar al dique nos presento al guardaparques, una joven que estaba ahí desde hacía casi un par de años y que nos contó acerca de su solitaria vida en los meses de invierno, cuando durante varias semanas no se ve ningún visitante, contando solo con su equipo de radio frecuencia y su perro como compañía. Entre sus funciones están las de regular la salida de agua del dique y el control de la pesca de truchas que realizan los turistas en el dique.
La casilla donde vive es de material pero sencilla y poco arreglada, tiene un panel solar y una batería de automóvil para abastecerse de energía eléctrica durante la noche. También tiene un baño que nos permitió usar.
El guardaparques nos convidó unos mates y nosotros unas galletas, pan y dulce que habíamos llevado para el camino y luego de recorrer un poco la zona nos preparamos para la vuelta, que tomo 01:30.
Durante la vuelta, ya mas confiados con las yeguas, nos permitimos algunos galopes en las zonas llanas y nos deleitamos con la vista increíble de los ríos, caídas de agua y abundante vegetación que tapiza los cerros cercanos y que parecían mas bajos que por donde nosotros andábamos. Aprendimos que las yeguas conocían tan bién el camino que podíamos descuidarnos de guiarlas y dedicarnos a disfrutar del paisaje mientras ellas hacían su camino como en piloto automático.
Pasadas las 18:00 y con el sol al caer llegamos al campamento y agradecimos a Juan Sol por su compañía y buen trato. Nos dispusimos a una merienda y a planificar nuestro próximo y último día de viaje.
Día 4 - Domingo 28 de Julio
Temprano y con mala gana levantamos el campamento, habíamos averiguado en la Secretaría de Turismo que en el cerro Las Gemelas se podía practicar vuelo en parapente. Seducidos por la adrenalina pedimos un remis que nos cobro $10 y llegamos al cerro media hora después, que recibe su nombre pues desde lejos se pueden distinguir dos cerros, uno al lado del otro y con la misma forma.
En la base del cerro hay una confitería muy linda donde averiguamos para realizar nuestro vuelo de bautismo. La dueña del bar se comunicó por radio con la gente que realizaba esas actividades y nos dijo que ese día no se podría volar pues el viento era demasiado fuerte. Insultamos por lo bajo y sin muchas opciones pues algunas horas despues debíamos abordar el ómnibus de vuelta, comenzamos a subir el cerro Las Gemelas.
El sendero que lleva a la cima es pedregoso y no hay sombra ni vegetación en ninguna parte del trayecto. Luego de 01:30 de ascenso se llega a una tranquera cerrada que indica el final del recorrido. Hicimos de cuenta que no la vimos y seguimos la caminata 01:00 mas sin llegar a nada parecido a la cima, el tiempo de abordar nuestro ómnibus de vuelta se acercaba así que comenzamos la vuelta. En si el cerro no resulto demasiado interesante, mucho mas sencillo de subir que el cerro Uritorco tiene una linda vista de Capilla del Monte.
En la base, tomamos un refrigerio y un remis nos llevo a la avenida principal, que para nuestra sorpresa resultó estar techada. Muy cerca de ahí está una calle peatonal que es el centro comercial de la zona, ahí realizamos unas compras y luego esperamos a que llegara nuestro ómnibus para devolvernos a nuestro asfixiante Buenos Aires.
Cosas que quedaron en el tintero
A unos pocos kilómetros de Capilla del Monte esta el embalce El Cajón donde se pueden realizar actividades acuáticas y pesca. Nos hubiera gustado alquilar un bote para remar un rato o desafiar la astucia de las truchas y tener nuestra primer experiencia con el anzuelo y caña.
También nos quedamos con las ganas de hacer parapente y tal vez alguna otra cabalgata.
Algunas opiniones
Los precios en el camping nos parecieron adecuados, al igual que los de la proveeduría. Como no hay líneas de colectivos locales es necesario moverse en remis y tal vez el costo de estos resulto un poco alto, aunque es razonable debido al desgaste que tienen los autos en esos climas.
Si bién es invierno y el frío se sentía bastante no resulto tan terrible como esperábamos, por lo que no hay que echarse atrás por que sea invierno, basta con llevar abrigo adecuado. En esta zona no vimos niebla ni nada parecido, tal vez por ser aun una zona relativamente baja.
[Volver a la pagina de viajes]
Contactanos: midnightsoret@gmail.com
|
|