La ciudad de Luján está ubicada en la provincia de Buenos Aires, aproximadamente 70km al oeste de la ciudad de Buenos Aires. Su principal atractivo es la conocida Basílica de Luján, un templo cristiano de importantes dimensiones.
Desde Buenos Aires se puede llegar en automóvil, utilizando la linea de colectivo 57 que parte de Plaza Italia, o bien por ferrocarril a través de la ex-linea Sarmiento.
Fieles a los rieles nos encontramos a las 7:30 en la estación de Once, sacamos pasajes de ida a Luján ($2) y abordamos el tren eléctrico que partía 07:40 con destino a la estación Moreno, el andén estaba lleno de gente a pesar de ser un día feriado.

Una hora después llegamos a Moreno e hicimos trasbordo a un tren con locomotora diesel que partió alrededor de las 09:00, los pocos pasajeros de este tren eran mayormente familias que bajarían con nosotros en Luján. Llegamos a nuestro destino pasadas las 10:00, hacía frío y el cielo estaba despejado.
Saliendo de la antigua estación se ve a lo lejos la parte superior de la basílica, se puede llegar hasta allí en colectivo pero preferimos caminar alrededor de 15 cuadras y disfrutar del apacible aire del lugar.

Al llegar a la basílica quedamos impresionados por su tamaño, las calles cercanas están repletas de locales que venden recuerdos y objetos religiosos. Al frente hay una plaza que se encuentra en refacciones, desde allí observamos que los relojes de las torres marcaban distintas horas, nos preguntamos que significado espiritual tendría ese detalle. También vimos que muchos de los ladrillos que forman la edificación tienen inscriptos nombres de familias o personas que participaron en la construcción del templo, muchas de ellas ya fallecieron pero su nombre perdura inscripto en la piedra.

El interior de la basílica es igual de impresionante que el exterior, no tenemos conocimientos de arquitectura, pero sabemos apreciar una construcción singularmente interesante. Dentro estaba repleto de fieles que participaban de una misa.
Al lado de la entrada principal de la basílica hay una puerta con un letrero que dice 'CRIPTA', así llaman al subsuelo de la basílica donde se hayan alojadas una gran variedad de imágenes de la virgen María según se la venera en distintos países del mundo. La entrada cuesta $1 por persona, y la visita se puede hacer con un guía sin costo adicional. El lugar es sumamente silencioso, quedamos impresionados por la cantidad de imágenes y su diversidad. Según el país de origen, hay imágenes donde la virgen tiene rasgos asiáticos, piel negra y otras donde la elección de los colores distan bastante de lo que habitualmente se ve en nuestros pagos.