Luego de nuestra visita a la basílica de Luján llegamos en tren a la ciudad de Mercedes, ubicada a casi a 100 km de distancia de Buenos Aires. Notamos que la estación tenía un aire rural mas acentuado que en Luján, a pocos metros se encuentra otra estación de tren ("Mercedes P.") prácticamente abandonada.
Luego de algunas averiguaciones nos dimos a la caminata por la avenida Mitre rumbo a la plaza San Martín donde queríamos visitar la Catedral de Mercedes. Como era de esperar la Catedral era mas chica que la Basílica de Luján y ligeramente mas descuidada.

Tomamos un taxi en la esquina de la plaza que por $3 nos dejó en medio del Parque Municipal Independencia. El parque es un espacio verde lleno de árboles y césped rodeando el cause del río Luján, tiene caminos para autos y es un lugar muy tranquilo. Al recorrerlo encontramos unas vías de ferrocarril abandonadas, fué inevitable poner los pies en los durmientes y caminar un poco.
Salimos del parque y caminamos un par de cuadras por camino de tierra hasta llegar a la Pulpería de Cacho, a simple vista pudimos ver que la construcción era muy antigua y que no se le habían hecho reformas, en la puerta de entrada había un palo para atar caballos y una vara con una bandera Argentina ondeando en lo alto.

En la puerta un parroquiano muy pasado de copas intentó tomarnos una foto, pero le costaba mantener al cámara quieta.
El interior del lugar parecía detenido en el tiempo, algunos anaqueles aparentaban no haber sido limpiados desde hace decenas de años, el polvillo y las telas de araña cubrían lo que parecían ser botellas. El lugar estaba iluminado con solo una lámpara, había unas pocas mesas antiguas de madera con banquetas y un par de sillas. El suelo era de ladrillo y se notaba muy erosionado, el lugar estaba repleto y la mayoría de la gente estaba de pie. Un hombre tocaba la guitarra acompañando a un cantor que entonaba una samba, el cantor era uno mas de los tantos parroquianos que tenía el lugar.

Tuvimos que esperar un buen rato hasta conseguir sentarnos, y compartimos una de las pocas mesas con un grupo de Mercedinos que estaban bastante tomados. Casi todos los parroquianos estaban borrachos, uno de ellos durmió sentado durante una hora y al despertar (aun borracho) exigió que alguien lo acompañase con la guitarra y recitó un poema gauchesco. A lo largo de la tarde distintos parroquianos se turnaron para tocar la guitarra y cantar tango y folklore.
Comenzaba a caer la noche y fue tiempo de abandonar el lugar, conseguimos el teléfono de un radiotaxi y nos llevo hasta la estación de ómnibus de Mercedes. Tomamos una breve merienda y por $7 sacamos pasajes para el servicio de la linea 57 (Atlántida) que hace el recorrido Mercedes-Plaza Italia utilizando micros de media distancia. El viaje en ómnibus duró casi tres horas y llegamos a Plaza Italia cerca de las 22:00.